La personalidad y sus fuerzas


Qué es la psicología si no esa ciencia que estudia la conducta y los procesos mentales del ser humano como la percepción, la atención, la motivación, el aprendizaje, las emociones, el pensamiento, la personalidad o la consciencia entre muchas otras más. A día de hoy sabemos que existen conductas dentro del comportamiento humano que hacen centrar los estudios en qué relación tiene el cerebro con cada conducta y que cuando se ve alterada, genera cambios dentro de la estructura cerebral. De todas sus corrientes, la psicoanálisis es la que más se utiliza y está basada en ayudar a que las personas admitan de que tienen sentimientos reprimidos para poder luchar contra ellos. Sigmund Freud padre de la psicoanálisis, afirmaba que la conducta del ser humano se define por los pensamientos y los deseos reprimidos de nuestra infancia, que el comportamiento del ser humano depende de los sueños y del lapsus linguae que no podemos controlar. 

La conducta es una simple respuesta de nuestro organismo cuando recibimos un estímulo concreto, pero hay que diferenciar entre conducta y personalidad ya que no es lo mismo. La personalidad son los rasgos internos que nos diferencian a unos de otros y que dependiendo del que poseamos actuaremos de diferente manera en diferentes situaciones. Freud decía que la personalidad humana es el producto de la lucha entre tres fuerzas que luchan entre ellas constantemente y que determinan cual es nuestro comportamiento: id, ego y superego. 

- La primera fuerza que encontramos en esta lucha es el - ID/ELLO - que es la que muestra nuestro lado más primitivo y oscuro de nuestra personalidad. Es instintiva y enseña la parte impulsiva e inconsciente de la psique, responde directamente a los impulsos o necesidades de nuestros deseos y se deja llevar por los sentimientos sin poder afrontar una realidad lógica. Los impulsos operan desde el principio del placer y han de satisfacerse de inmediato independientemente de si hay consecuencias o no. Cuando esos impulsos no son correspondidos el sujeto se disgusta, se crea una tensión y el pensamiento primario se vuelve primitivo, irracional, ilógico egoísta y lleno de deseos porque se acrecienta su fantasía. 

- La segunda es el - EGO/YO - la fuerza que trata del control consciente del sujeto, elabora formas realistas para satisfacer sus deseos y aunque también está impulsada por el placer, lo que hace es desarrollar una estrategia para poder obtenerlo equilibrando así su demanda entre impulsos y restricciones del superego, incluso llegando a posponer su placer por miedo al castigo o ser señalado por la sociedad. No suele ser consciente de lo que está bien o está mal, es testarudo y cuando es consciente de la realidad o de que su ego falla intentan evitar ser dañados mediante un mecanismo de defensa inconscientemente como la negación, disociación o retraimiento entre otros para no mostrar a los demás ciertos aspectos clínicos sobre su salud como la ansiedad, depresión o baja autoestima. Del ego surgen las acciones que dan las respuestas a los impulsos y motivos del subconsciente, por eso si su plan principal no funciona, cuando aspira a una visión más realista el sujeto trazará otro plan hasta encontrar la forma de mejorar y así intentar dominar sus impulsos o controlar su ego. 

- La tercera fuera discordante de la personalidad en esta batalla es el - SUPEREGO/SUPERYO - la que prohíbe o controla todos los impulsos del ELLO para encontrar la perfección a través de unos valores éticos y de la percepción que tengamos de nuestra realidad que se divide en dos teorías: el yo real, que es la percepción que tenemos de nosotros mismos y que nos recompensa cuando hacemos las cosas bien y nos hace sentirnos orgullosos de nosotros mismos, y el yo ideal, que es el que nos gustaría tener y que al no conseguirlo nos frustra y nos causa sentimientos de culpa por no haber llegado a lo que creíamos o habíamos propuesto, todo dependerá de los rasgos del sujeto que forman su personalidad. 

Por eso es importante mantener la lucha de estas tres fuerzas en equilibrio para que no estén descompensadas y alguna de ellas resurja de forma desmedida ya que puede afectar a nuestro sistema inmunológico y traernos bastantes conflictos con nuestro círculo más cercano en el mejor de los casos llegando a distorsionar por completo nuestra realidad o llegar a caer en una enfermedad crónica mental de la que nos va a costar poder sacar la cabeza a la luz.

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