Ley de Hielo - Manipulación emocional


Las personas que usan el silencio como método para expresar su enfado están utilizando una manipulación o chantaje emocional para conseguir que los demás acepten sus reclamos. Como no son capaces de enfrentarse o de hablar con la/las personas con la que tienen el conflicto, simplemente le dejan de hablar o guardan silencio lo que  incrementar más la problemática. Esta actitud infantil que no resuelve nada le da a quien calla una gratificación egoísta y deja bastante desconcertado a quien espera la respuesta, creando frustración, miedos e inseguridades en esa relación. El castigo del silencio o más conocido como la "Ley de Hielo", implica una actitud manipuladora y agresiva que crea un vacío de inestabilidad en las relaciones interpersonales, no es la mejor opción para gestionar un conflicto y es considerado una forma del maltrato psicológico que hace mucho daño. Es una forma pasiva-agresiva de enfrentar algunas situaciones donde no se consigue la atención que se necesita, lo que se desea o cuando se cree que algo se ha hecho mal y en vez de hablarlo, se actúa con frialdad, distanciamiento emocional y falta de empatía. 

Utilizar el silencio como castigo, es una forma de manipular emocionalmente a otra persona, al principio puede que no se consiga lo que se pretende con este silencio, pero con el paso del tiempo las relaciones se deterioran y la persona que lo sufre llega a sentirse culpable o manipulada, crea inseguridad y baja autoestima, provoca estrés y ansiedad por el distanciamiento emocional, desarrolla tristeza constante y dependencia emocional o no permite que los demás continúen evolucionando. Esto lo hacen para intentar mantener el control sobre la otra persona y la incertidumbre del "ahora sí, ahora no", crea un desgaste emocional bastante importante. El silencio como castigo termina por doblegar cualquier mente débil a la que se quiere someter, sabe que con ese silencio la persona a la que quiere llegar termina convirtiéndose en víctima y consigue lo que busca. La persona que ejerce este tipo de maltrato psicológico lo que hace es controlar la comunicación entre ambas partes, lo que hace es dosificar esa comunicación en intervalos de tiempo para tenerla justo en el lugar que ella se había propuesto con la idea de debilitarla emocionalmente, una técnica eficaz usada por aquellas personas que usan el chantaje emocional como herramienta principal para conseguir lo que desean. 

Cuando el silencio se dosifica, se hace una mezcla de acercamiento y lejanía, que es proporcionado por el silencio con la finalidad de estudiar a la otra persona y ver como poder manipularla después. Existen distintas variantes sobre el silencio dosificado: censurar ciertos temas para que solo se hable de lo que a la persona manipuladora le interesa, guardar información personal de la persona par después manipularla o solo darle la información básica o que le interesa a la víctima para luego ejercer su poder de manipulación, romper las comunicaciones o conversaciones con cualquier excusa y retomarlas de forma inesperada por el punto que a ellos le interesa y si se lo recriminas te dirá que te lo inventas o te equivocas. El silencio es poder y hay que distinguir cuando es de forma espontánea o es de forma manipulativa, porque esta segunda forma es la que  el manipulador trata de somenter a la persona de una relación. Hay situaciones en las que debemos de callar para no hacer daño, eso exige una madurez emocional que la vida nos enseña y el objetivo no es hacer daño ni manipular. Este tipo de relaciones tóxicas con el tiempo terminan derrumbándose y haciendo daño a todas las personas que pertenecen a un grupo social o familiar en concreto. 

Desde que nacemos tenemos la necesidad de entablar conexiones emocionales que crecen a lo largo de nuestra vida, con el reconocimiento y el apoyo emocional construimos nuestra identidad creando unas bases emocionales que se tambalean cuando al convivir en el mismo espacio nos encontramos con personas que nos aplican la "Ley del Hielo". La víctima se siente indefensa y vacía, se convierte en una víctima que pasa por estados de frustración, baja autoestima, frialdad emocional, incomprensión e incluso hasta depresión. Para eso debemos revisar nuestra autoestima, reflexionar sobre la autopercepción de nuestra persona y no olvidarnos de que la víctima somos nosotros, la víctima es la que sufre el silencio como castigo, es una manipulación emocional y psicológica de personas que deben visitar un profesional para ayudarles con sus aspectos internos antes de que destruyan su mundo y el de los demás que están a su alrededor. 

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