¿Qué es realmente la sombra?

 


La sombra es el lado oscuro de nuestra personalidad, es todo aquello que negamos de nosotros mismos, es cualquier cosa que creemos que no es compatible con nuestra vida actual. Son las emociones negativas que el ser humano posee como la rabia, envidia, ira, codicia, egoísmo, miedos, frustraciones, inseguridades o los deseos reprimidos que forman parte de nuestro inconsciente, son aquellos instintos de nuestro pasado y todo lo que hemos ido rechazando por nuestra mente cosciente y social. Todo aquello que negamos, percibimos como malo, que es inaceptable o creemos que es inferior se termina convirtiendo en una sobra que se aloja en la parte más profunda de nosotros. La sombra es ese lugar donde escondemos nuestros demonios internos, heridas esperando a ser sanadas que nos provocan pavor, pánico, vergüenza, ansiedad o depresión entre muchos otros síntomas y sentimientos negativos. Es nuestro yo gemelo malvado que escondemos en el lado oscuro de nuestra personalidad, es ese que nuestro yo consciente rechaza porque no lo reconoce como suyo y que en muchas ocasiones suele estar disociado de la consciencia.

Esta parte oscura del alma que todo el mundo tiene se empieza a desarrollar en la infancia a través de nuestras experiencias vividas, la red fammiliar y el aprendizaje social mediante la educación y las creencias que nos enseñan, creando relaciones de amor y deseos que influyen en nuestro crecimiento preparándonos para la juventud. Cuando llegamos a la pubertad y dejamos de ser niños comienza un tiempo bastante coplejo de transformación y cambios, nuestra psique comienza a desarrollar una independencia y autonomía que no teníamos cuando éramos niños, aquí es cuando se comienzan a gestar de verdad nuestras primeras sombras, porque son las que nos traen dolor y angustia. En este punto es cuando comenzamos a desarrollar nuestra verdadera identidad, es un proceso de incertidumbre porque iniciamos la búsqueda de nuestros ideales y el sentido de nuestra existencia, empezamos a conocer los misterios de la sexualidad y afloran sentimientos que antes no teníamos, comenzamos a luchar con la cruda realidad de la vida. Nos abrumamos tanto que podemos quedar desorientados creando en nosotros estas sombras que marcarán nuestra vida en la madurez: inestabilidad, rebelión, desconcierto, violencia, adicciones, miedos, coodependencia, frustración, inseguridades, depresión, ansiedad, etc. Las personas que sufren eventos traumáticos o violentos een la niñez como el acoso, el bullying, malostratos e icluso agresiones sexuales o los que viven su niñez sin el cariño ni la atención por parte de las figuras principales de su núcleo familiar o tutores quedan marcados prácticamente de por vida, conviven con esa mochila acuestas que les pesa y no les deja avanzar. Cuando un niño tiene un pensamiento o una conducta que no es aceptable para la sociedad en la que vive le crea ansiedad reprimiendo dentro de sí esa parte que se considera prohibida, el miedo al rechazo y a o ser aceptado por esa sociedad alimentará esa parte oscura creándole una gran cantidad de sufrimiento inconsciente que será difícil de aliviar. 

Por eso, la sombra no tiene prisa, ella se alimenta con cada sentimiento negativo a cada paso que damos, es la parte psíquica que no asumimos por nuestra mente consciente, se oculta a la espera de su oportunidad para resurgir a la luz y seguir alimentándose, puede salir de su escondite y manifestarse por cualquier evento molesto o situación conflictiva que nos genere emociones intensas. En muchas ocasiones simplemente la proyectamos a otras personas y las atacamos porque vemos reflejados en ellos lo que en nosotros no aceptamos: limitaciones, defectos, pecados, deseos prohibidos... secretos que escondemos y que nos resulta difícil de reconocer porque como si fuéramos un espejo, condenamos a esas personas por cosas que nosotros mismos nos hemos juzgado. Pero también podemos tener una sombra que nos beneficia, no todo es maldad y oscuridad, pero con el trabajo de sombras lo que hacemos es localizar nuestras sombras para analizarlas y poder integrarlas ya que es algo de lo que no nos podemos desprender, es algo que no se puede eliminar porque forma parte de nosotros, forman parte de nuestra personalidad.

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